Isla del Sol. Simplemente no puede ser mejor. Se escuchan a mis espaldas las olas en la orilla. El agua se mueve levemente por fin. Ese azul que eclipsa. Ese azul que inunda la retina, que se clava en los ojos y permanece aunque los ojos vayan a parar al suelo terroso.
Bolivia
¿Pensando en viajar a Bolivia? Reconozco que Bolivia es mi debilidad. Uno de los países que he visitado que más me ha sorprendido y más me ha gustado. Siempre lo describo como un país muy genuino. Me quedé un mes y medio recorriendo sus rincones y sus principales destinos turísticos y aún me habría quedado mucho más.
Desde que crucé la frontera desde Argentina y llegué a Tupiza lo empecé a notar. Me llamaron la atención sus vestimentas, su sobriedad, su carácter rudo, fuerte, menos amable que el de sus vecinos, más andino.
Llegar a Uyuni fue un poco brusco y la altura se deja notar, pero en cuanto llegas al Salar de Uyuni, sabes que todo ha merecido la pena. Ese paisaje blanco, ese mar de sal, te deja sin palabras. Las lagunas de Sud Lípez y sus impresionantes paisajes, te hacen soñar, frotarte los ojos para ver si es real.
Adentrarte luego por las Rutas del Ché e imaginarlo ahí con sus compañeros resistiendo en esas duras montañas. Conocer esos pequeños pueblos y vivir la experiencia de viajar por sus rutas de tierra. Llegar a Samaipata para trabajar de voluntaria y descubrir que al lado está la Yunda, el Amboró, un bosque de helechos gigantes, recuperar la paz en la Paz y conocer la Isla del Sol y empaparme de su energía milenaria como broche final.
La Yunga, el Amboró. Un flash back hacia la infancia
Fue inmediato, en cuanto vi la pequeña foto, mis recuerdos de infancia vinieron en tropel, los sentí recorrer mi cuerpo hasta llegar a las yemas de mis dedos. Quién me lo iba a decir, que un día yo, esa pequeña niña de 11 años que no dejaba de soñar, llegaría un día de casualidad, a pisar las tierras lejanas cubiertas de helechos gigantes que, por entonces, gracias a las palabras de Cloti, dibujaba en mi cabeza.
Por las rutas del Che
La ruta del Che engloba varios pueblos y localidades. En mi caso, hice a dedo el camino de Sucre a Tomina, por la ruta 6, parando en Tarabuco, un pueblo que merece la pena conocer en domingo. De Tomina giramos para adentrarnos en un camino de tierra, el 38, que nos llevó a Villa Serrano, donde hicimos noche para esperar la flota que nos llevara a Pucará, donde apenas a 20km
Sud Lípez: el sueño de cualquier imaginario. Parte II
Un día en el interminable mar blanco de sal, un plácido sueño para reparar fuerzas para lo que aún me queda: otros dos días más de intensos paisajes, de imágenes que se te quedan grabadas en la retina y clavadas en el corazón para acompañarte siempre. Sud Lípez, allá vamos.
El salar de Uyuni | Un mar blanco interminable. Parte I
FOTORREPORTAJE El Salar de Uyuni, en la región suroeste de Bolivia, es el desierto de sal más grande y más alto del mundo. Con sus más de 10.000km2 es, a los ojos, un mar blanco interminable.
Tupiza, un primer contacto con Bolivia
Estoy en Tupiza, Bolivia. Hace frío, aunque a nada que te muevas, con tanta capa y tanta mochila, pasas calor y se te queda el sudor condensado adentro. Estoy en la estación de tren, esperando para el ferrocarril que me lleve a Uyuni. Por lo visto he llegado con muchísima antelación, así que aprovecho para escribir. Me molesta la espalda. Hace un par de días que he empezado a odiar