¿Pensando en viajar a algún lugar lejano? ¿Preocupad@ por la comida con la que te vas a encontrar allí? No te preocupes, en este post te doy algunos tips culinarios para ir de viaje. Las claves para que la comida no te arruine el viaje.
Uno de los mayores miedos que tenemos a la hora de planificar o idear un viaje es la comida. Sí, algo tan simple y necesario como alimentarse se puede convertir en un auténtico quebradero de cabeza cuando vamos a determinados países, principalmente a los no “desarrollados”. El motivo de este choque cultural es simple de entender: no en todos lados se come igual y como en casa en ningún sitio.
En primer lugar hablaremos de los aspectos a tener en cuenta por nuestra propia salud y después los relacionados con nuestros gustos y costumbres.
Si hay algo que nos puede dejar un mal sabor de boca en un viaje, es coger algún tipo de virus estomacal a causa de la falta de costumbre al tomar determinados alimentos o bebidas, o el mal estado de los mismos. Por eso estos tips culinarios para ir de viaje te servirán.
1. Toma agua de grifo:
Por eso es muy importante tener en cuenta que en ciertos países no existe la idea de higiene, o al menos no está tan arraigada como en los países europeos, lo cual nos obliga a tomar precauciones como no beber agua del grifo, ni siquiera de los del hotel. ¿El motivo? Muy simple, que nuestro organismo no está acostumbrado a las posibles bacterias que pueda tener el agua de ese país y aunque a sus habitantes no les pase nada al beberla a nosotros puede ponernos el estómago del revés.
Por este motivo la primera recomendación es la de consumir siempre agua embotellada y asegurarnos de que la abrimos nosotros, es decir, que seamos nosotros quienes retiremos el precinto de seguridad que traen las propias botellas. Nada de hielo y cuidado con la leche, ya que puede estar sin pasteurizar.
2. Cuidadito con el picante:
Las comidas también nos pueden dar algún que otro dolor de cabeza, o en este caso, de barriga. El problema no suele estar en el estado de los alimentos, que también, sino en las especias o salsas que puedan llevar, ya que algo picante, por ejemplo, podría producirnos más de un disgusto.
Con la comida ocurre lo mismo que con el agua, los nativos de la zona no tendrán problema para acabar en un abrir y cerrar de ojos lo que se les ponga en el plato, pero nuestro estómago puede no estar preparado para aceptar dichas comidas/salsas/especias.
3. Vigila dónde comes:
Cuando nos dejamos llevar por nuestro espíritu aventurero, podemos acabar en cualquier lugar y si coincide con la hora de sentarse a la mesa, podemos arriesgarnos a comer en algún local aleatorio. Error. Generalmente, esta no suele ser una buena idea a no ser que veamos una serie de logotipos o distinciones que acrediten que el local cumple una serie de normas higiénicas.
Para evitar estos sustos, lo mejor que podemos hacer cuando nos sentimos con ganas de recorrer kilómetros, o como se dice, tirar millas, es llevar un bocadillo hecho por nosotros mismos con productos que encontremos en cualquier tienda. El típico sándwich, cuyo origen se remonta a tres siglos atrás de la mano del IV Conde de Sandwich, un gran aficionado a los juegos de cartas que introdujo este emparedado para saciar el hambre entre partida y partida, nos servirá de comida fiable entre kilómetro y kilómetro.
Como complemento siempre se puede llevar una pieza de fruta, pero ojo, debemos comerla pelada para así evitar posibles complicaciones.
Nuestros gustos o manías son otras de las posibles dificultades a las que debemos enfrentarnos al ir a un país que se escape de nuestras costumbres gastronómicas. Si bien es cierto que debemos acostumbrarnos a comer de todo, por lo general somos bastante remilgados y le hacemos ascos a todo lo que se salga de nuestra zona de confort.
4. Recurre a los restaurantes:
Las cadenas de comida rápida pueden ser unos grandes aliados si nos encontramos en un país en el que la comida es muy diferente a la que estamos acostumbrados. Que nos agobie tirar de hamburguesas o pizzas para comer, es una cuestión temporal y aunque no es la comida más sana del mundo nos puede salvar de más de un apuro. Además, son ideales para controlar el gasto que hacemos en comer ya que hay países en los que los restaurantes cuestan un auténtico ojo de la cara.
5. Y sobre todo, anímate a probarlo todo:
Con todo, os recomiende probar la gastronomía propia de la zona a la que vayáis, siempre teniendo presente los consejos que os he dado antes. Viajar no solo implica visitar lugares nuevos, sino también empaparse de su cultura y tradición. En este sentido la gastronomía es un pilar importantísimo, así que no tengáis miedo de probar grillos, saltamontes u otras preparaciones extrañas porque podéis llevaros una grata sorpresa con el sabor. En caso contrario, siempre os quedará una increíble anécdota que contar. Lo importante es disfrutar del viaje sin que la comida suponga un problema para ello.
Andrea por ejemplo se animo a probar toda la comida paraguaya en su viaje aún a riesgo de volver con 10 kilos más. También probó la gastronomía finlandesa y acostumbra a probarlo todo siempre que viaja. Ya sea en restaurantes o en el puesto de la esquina. Al final, la gastronomía es parte de la cultura de un lugar, así que no te deberías ir sin probarla, aún a riesgo de cogerte un virus estomacal.
Y tú, ¿qué tips culinarios para ir de viaje empleas? ¿Alguna recomendación? Pues no te cortes y pasa por los comentarios a contarla!!
1 comentario en «5 Tips culinarios para ir de viaje»
Hola Andrea,
solo te escribo para decirte que hace poco encontré tu blog y..me encanta. Si todo va como espero, en septiembre yo también empezaré un gran viaje, la gran aventura de mi vida…quiero pasarme un año viajando y estoy segura de que tu blog me servirá de mucho para prepararlo todo. Un abrazo y felicidades por el blog!!