#SiMeMatan: cansadas de ser las culpables | La respuesta a las declaraciones de la Fiscalía tras el último feminicidio en México

Este post es mi reacción personal a la polémica que se ha generado con el hashtag #SiMeMatan tras las declaraciones que hizo la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México tras el feminicidio de una mujer el pasado 3 de mayo en la UNAM. 

#SiMeMatan Cansadas de ser las culpablesEsta mañana me he levantado como casi cualquier mañana, tarde. He revisado el móvil para ver las nuevas notificaciones, basura que llena la pantalla en forma de retweets, likes y avisos de que a alguien le ha gustado esto o ha dicho eso otro.

Nada interesante, solo un mensaje en Messenger ha llamado la atención: mi querida Leyre Solis me mandaba un artículo de Verne del País con el título «Si me matan…»: la respuesta a los reproches a una mujer asesinada en México.»

Lo cierto es que he hecho click, para ver qué es lo que decía esa noticia que ya imaginaba que versaría sobre alguno de los imparables feminicidios que ocurren cada día en mi querido México.

Ese México mío vivo y alegre, tan colorido y variopinto, tan heterogéneo. Ese México que tanto quiero pero que tiene una sombra oscura de muerte y corrupción en el que las escenas de las películas más cruentas se quedan cortas y ni los literatos son capaces de hilar tan profunda sombra.

La polémica tras el feminicidio de una mujer en la UNAM, Ciudad de México:


No me equivocaba. El pasado 3 de mayo, Lesly Berlín, de solo 22 años, fue asesinada dentro de las dependencias de la UNAM, en la Ciudad de México.

Podría haber sido en Juarez, en Torreón, en Acapulco o algún otro lugar remoto de Michoacán. Podría haber sido una chica de pobre familia, sin estudios, sin nombre. Raptada, violada, asesinada en cualquier lugar remoto, controlado por el narco, donde los hechos se difuminan como se difuminan en las páginas de una novela y todo hubiese quedado como otro de los muchos acontecimientos de este país surrealista.

Una página en los periódicos locales, una nota quizás con suerte en los nacionales, una esquela por parte de la familia y si la hay, una foto con un mal texto en las páginas de la horrible prensa amarillista del país, donde los muertos comparten páginas con modelos de medidas abundantes.

Pero la noticia ha llamado la atención y se ha hecho viral por dos razones: el asesinato no fue en algún lugar remoto del vasto México, sino en la UNAM, en el Campus de CU, en plena Ciudad de México. Dentro del campús de la Universidad y casi que (o sin el casi), la organización más importante y prestigiosa del país. La única en la que todo (o casi todo) funciona y que tiene prestigio y reconocimiento fuera y dentro de México.

A Lesby la encontraron frente a la Facultad de Ingeniería, junto a una cabina. Aún con el cable de teléfono con el que había sido estrangulada. Su mano aún sujetaba una correa de perros. Tenía 22 años.

Por supuesto, la noticia ha causado conmoción. El Campus de CU, el más importante del país, es uno de los lugares favoritos de muchos estudiantes de la ciudad, que se pasean cada día por sus inmediaciones. No sólo estudiantes, es tanta la vida que alberga la Ciudad Universitaria de CU que son muchos los jóvenes que se acercan, aunque no estudien ahí o hayan terminado ya.

Muchos lo hacen simplemente para pasar un rato en un ambiente agradable rodeado de verde en las Islas, el Parque Central. Algunos acuden a la Biblioteca Central, otros cuantos hemos ido a ver los murales que la pueblan, a ver una película a alguno de sus ciclos de cine, una exposición en sus museos o perdernos por un rato en el Parque de las Esculturas.

Yo recuerdo el campus de mi primera visita a México, del año que me fui de intercambio y nos organizaron una jornada de bienvenida en alguno de los muchos edificios de CU que termino con los alumnos en pie entonando a viva voz la porra de esa orgullosa universidad, no sin razón.

La última vez que estuve fue en esta pasada temporada que estuve en México. Quedé en encontrarme con Sara en las Islas, donde la esperé un rato preguntándome por qué no iría más a CU para simplemente sentarme a leer bajo un árbol y respirar el ambiente. Era un día soleado y sobre la hierba se estaba a gusto. Nos encontramos y fuimos a por unas cervezas y unos bocadillos de queso Brie que compramos en un súper cercano y volvimos simplemente a tirarnos bajo los árboles a comer y a beber mientras nos poníamos al día.

En el campus, como en la mayoría de campus universitarios, no puede entrar la policía y es uno de los lugares más agradables, tranquilos y seguros que puedo imaginar al pensar en la ciudad, con ese ambiente alegre y universitario, de esperanza, juventud y progreso pululando. Con ambiente de crítica y rebeldía en épocas políticas y previos de manifestación. La casa de la que han salido algunas de las mentes más brillantes y de las que México se siente más orgulloso.

Declaraciones de la Procuraduría General Judicial de la Ciudad de México tras la muerte de Lesly:


Y ahí en medio la encontraron. Y no sólo ha sido eso, lo que más revuelo ha generado es lo que ha venido después. Al comenzarse la investigación de los hechos y empezar a buscar al culpable, la Procuraduría General Judicial de la Ciudad de México divulgó la primera información respecto al crimen que poco ha aportado respecto al asesinato debido al carácter personal de la misma.

Mediante tweets publicados a través de la cuenta @PGJDF_CDMX, divulgaron algunas frases como las siguientes:

#Informa PGJ El día de los hechos, la pareja se reunió con varios amigos en CU, donde estuvieron alcoholizándose y drogándose. @rodolforiosg

#Informa PGJ Su madre y novio aseguraron que ella ya no estudiaba desde 2014, y dejó sus clases en CCH Sur, donde debía materias @rodolforiosg


La Procraduría ya ha retirado los tweets, como lo ordenó Rodolfo Ríos Garza, titular de la dependencia, pero la reacción que se ha expandido en las redes gracias al hashtag #NoMeMates no la han podido retirar.

La polémica del machismo que nos envuelve y de esta constante culpabilización de la víctima tras los numerosos feminicidios que día a día acontecen ha vuelto a encender las redes.

De nuevo es la víctima la culpable. 

Hace no muchos días uno de mis lectores me escribió en Facebook para preguntarme si no escribiría un artículo sobre Cinthia Vanesa, asesinada en Playa del Carmen el pasado enero. Le dije que no, al fin y al cabo esto es un blog de arte y viajes, Cinthia no viajaba y no se sabían las causas del asesinato, así que le dije que me mantendría al margen.

Pero hoy, al ver el artículo y ver la repercusión que ha creado en las redes tras el hashtag #NoMeMates no he podido contenerme, porque el discurso que se da para el asesinato de Lesby es el mismo que se dio para las  mochileras argentinas en Ecuador o el que se ha dado para otros muchos feminicidios. Que la culpa es de las víctimas, que la culpa es de ellas.

Que nosotras somos las culpables, por ir solas, por andar en la calle a altas horas de la noche, por llevar minifalda, por beber alcohol o hasta por ser mala estudiante.

Un peligroso e inadmisible discurso que culpa a la víctima quien es víctima dos veces, en el suceso y en lo que se dice sobre ella después. Un discurso que aleja la culpa del agresor y la desplaza sobre la víctima defendiendo el machismo y la cultura de la violación.

Como ya expuse en Nosotras somos las culpables | Femenicidio de dos mochileras argentinas, continuamente se nos culpa a nosotras porque parece -o interesa trasmitir el mensaje-, de que nosotras somos las que provocamos estos feminicidios, porque nos los buscamos.

A las mochileras de Ecuador se las culpó de viajar solas, cuando eran dos. A Lesly se le culpa de estar borracha, de estar sola, de ser mala estudiante. Como si por eso se lo mereciera, como si esa información de carácter personal justificase lo que le hicieron.

En las primeras pesquisas de la investigación, se barajó –aún se baraja–, que Lesly se suicidara. Una línea de investigación muy lógica, claro (nótese la ironía). Porque yo no soy policía, ni investigadora, ni tampoco conocía a Lesly, pero dudo mucho que consiguiera suicidarse, matarse a sí misma, con un cable de teléfono después de estar con los amigos tomando unas cervezas. Dudo mucho que fuera esa su intención y aún más que fuera capaz de hacerlo.

Lo que pasa es que se trata de escurrir el bulto, se justifica el feminicidio, se le quita importancia y sobre todo, se nos culpa a nosotras, se culpa a la víctima y se justifica de manera incesante la cultura de la violación.

En la violación múltiple de los pasados San Fermines tuvimos que escuchar que ella los había provocado, que ella lo había consentido, que a quién se le ocurre volver sola, que la denuncia era la vergüenza ante la noche desenfrenada del día anterior.

Cuando mataron a las argentinas de Ecuador en lugar de saber quién eran los degenerados que las mataron, supimos que ellas viajaban solas (repito, eran dos), que habían bebido alcohol y hasta su familia que las había perdido tuvo que soportar los comentarios de gente diciendo que sólo a la familia se les ocurre dejar ir a dos chicas solas por ahí, como si no fuese suficiente haberlas perdido en mano de quién sabe quién.

Porque del agresor y de sus causas nunca se habla. Se habla continuamente de la víctima, se expone su vida personal, el estado en el que se encontraba antes de que la mataran y se exponen las peculiaridades de su vida y sus circunstancias como si éstas fueran pistas declaratorias de su culpabilidad en el caso, de ese «lo iba buscando».

#SiMeMatan: el hashtag que se ha alzado como protesta tras las declaraciones de la Fiscalía:


Por eso bajo el hashtag #SiMeMatan se ha alzado una crítica en las redes sociales hacia las declaraciones hechas por el PGJ tras la muerte de Lesby. Las mujeres hemos expresado con ironía lo que se diría en nuestro caso si nos matan. Si un día una de nosotras aparece asesinada en cualquier esquina, a la salida de un bar o una discoteca una noche cualquiera, en un punto de la ruta, dentro de una caja de cartón o tiradas en un contenedor, un río o una cuneta cualquiera.

Con el hashtag #SiMeMatan las mujeres hemos ironizado sobre las declaraciones que se harían tras nuestros asesinatos. Las cosas que dirían sobre nosotras para tratar de culparnos. Para justificar el feminicidio, al agresor, nuestro asesinato.

Cada uno de los detalles personales de nuestras vidas que servirían para construir un discurso en el que el mensaje final sea «ella se lo estaba buscando», aniquilando así la empatía hacia la víctima y justificando así la cultura de la violación. Mirando para otro lado, poniendo la atención en la víctima en lugar de en las causas. Porque no, las causas de un asesinato nunca pueden ser ir borracha, llevar una falda demasiado corta, volver a casa sola o viajar sola, haber hablado antes con el agresor o haber dejado los estudios el año anterior.

#SiMeMatan causas de la violación

Para preguntarnos por las causas hay que dejar de poner la atención en la víctima, dejar de culpar a quién ya no puede defenderse y empezar a preguntar por el agresor, por las causas que le han llevado a cometer tal atrocidad en lugar de justificarlo y seguir diciendo que eran ellas las que lo iban buscando.

Por eso, en las redes estos días se pueden leer las reacciones de muchas mujeres que, con mensajes como los siguientes, ironizan sobre lo que se diría en el caso de su muerte:

Basta ya culpabilizar a la víctima y justificar al agresor. Vale ya de defender esta cultura de la violación en la que vivimos en las que se nos enseña a protegernos a nosotras en lugar de concientizar, en las que se nos hace culpables.

Todas estas afirmaciones expresadas en las redes, dicen esto: No importa nuestra vida personal, no importa lo que hagamos o a lo que nos dediquemos, cómo nos vistamos, la hora que sea o con quién nos acostamos. Cada una de nosotras tenemos derecho a seguir vivas. Todas, seamos como seamos o hagamos lo que hagamos, merecemos seguridad y justicia.

Por eso, #SiMeMatan, si algún día eso pasa, ya sea en mi tierra natal, en España, en Europa o en alguno de mis viajes, sola o acompañada, sepan que nunca quise que eso pasara.

Sepan que sí, que viajo sola y vuelvo a casa sola muchas noches, a veces sobria, otras con unas copas de más, algo fumada y hasta borracha. Sepan que estoy tatuada, que llevo el pelo de color, me pinto los labios rojos. Sepan que soy feminista y que quiero tener los mismos derechos de cualquiera y vivir a mi manera. Sepan que a veces llevo pantalones apretados y otras, hasta enseño el ombligo.

Sepan que viajo sola, que he viajado sola con camioneros y me he alojado en casas de extraños, incluso he compartido el cuarto con hombres que conocí gracias a Couchsurfing. Sepan que también he salido de fiesta con ellos y caminado a altas horas de la madrugada, por calles desconocidas ya borracha. Sepan que estudié Bellas Artes y un año de periodismo, que nunca terminé. Que me fui de intercambio a un país que no me recomendaban y viajé con amigos y también lo hice sola.

Pero sepan, sepan, que lo hice porque quería conocer el mundo, porque quería conocerme a mí misma, porque quería demostrarme que puedo hacerlo como cualquiera, porque además quería viajar mucho y barato y relacionarme con la gente local, porque quería viajar despacio y por tierra para conocer los paisajes y sus paisanajes.

Pero sepan, sepan que nunca quise que me raptaran, ni que me violaran, ni tampoco que me mataran. Sepan que a pesar de viajar sola, de viajar a dedo, de alojarme con extraños o de llevar color en los labios, nunca, nunca lo fui buscando. Nunca quise acabar así.

Sepan que lo único que quería era conocer el mundo, ser libre y ser feliz. Sepan que, #SiMeMatan, nunca quise, ni por un sólo segundo, que lo hicieran. Nunca lo busqué a pesar de como yo pueda viajar, vestir o vivir.

Andrea Bergareche


Dicen en algunas noticias y en algunos tweets que tras el hashtag #SiMeMatan hay una reacción que deja ver el miedo de muchas mujeres que saben que esto les puede llegar a pasar.

Termino de escribir el post y vuelvo a revisar algunas de las principales noticias para comprobar cuál es el nombre real ya que en algunas noticias escriben Lesby Berlín y en otras Lesvy Osorio y pienso que, al menos, quiero escribir su nombre correcto, su nombre real, es lo menos que puedo hacer, además de tratar de escribir este artículo, de alzar la voz, de usar los medios que tengo para crear conciencia y evitar la impunidad.

Y entonces no puedo evitarlo, veo las fotos, las protestas, todas esas mujeres bellas y potentes protestanto, alzando la voz juntas en las manifestaciones que se han organizado al grito de Ni una menos y rompo a llorar, rompo a llorar de tristeza y de impotencia. De saber que mañana, o hoy mismo, alguna de ellas ya no pueda protestar y alzar la voz más. Que algunas de ellas o yo misma podemos acabar en una caja de cartón o un contenedor.

Y lloro de impotencia, de frustración, de este mundo injusto, de las autoridades incompetentes, de este mundo machista y patriarcal que nos cosifica y no nos da valor por nosotras mismas. Donde no importa si somos una menos o una más. Donde además de sufrir la pérdida hay que alzar la voz como protesta ante la incompetencia y la vergüenza.

Donde no sólo tenemos que cuidarnos extra y vivir con miedo ante algo así, sino que si pasa, se nos echa la culpa, se justifica al culpable y se nos expone, exponiendo nuestra vida privada, humana, tan imperfecta como la de cualquiera, pero con derecho a vivir, a viajar, a salir solas, a existir.


Por eso, si tú también sientes esta frustración, alza la voz, hazlo en cada situación de injusticia, de abuso, hazlo ante cada comportamiento machista del día a día, cada vez que se nos culpe, se nos exponga. Cada vez que se nos cosifique, cada vez que se vulnerabilicen nuestros derechos, que no se imponga la justicia.

Y si sientes un poquito de lo aquí escrito comparte para que se nos deje de exponer como las culpables, utiliza el hashtag #SiMeMatan para que se deje de justificar a la víctima y para que entiendan que no vamos a permitir este tipo de discursos ni por supuesto la impunidad.
Yo te espero en los comentarios de este post que me ha costado escribir pero que es lo menos que puedo aportar.

Un abrazo,

 

 

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Andre400
¡HOLA! SOY ANDREA BERGARECHE

Desde hace más de 5 años vivo viajando y ayudando a mujeres como tú y como yo a ser más libres, fuertes e independientes.

2 comentarios en «#SiMeMatan: cansadas de ser las culpables | La respuesta a las declaraciones de la Fiscalía tras el último feminicidio en México»

  1. ¡Hola Andrea!
    No podía no comentar esto después de lo que viví ayer. El mundo, a momentos, me horroriza. Y es que, mi novio y yo también tenemos un blog y ayer mismo pensamos sobre si escribir o no sobre algo parecido que pudimos presenciar. Ahora mismo vivimos en Malasia, Kuala Lumpur, y justo ayer pedíamos comida junto a una chica que llevaba escote y labios pintados. No pude no ver cómo todos la observaban creyéndose con todo el derecho a no disimular al menos sus intenciones…ahí me mantuve callada porque en realidad eran sólo miradas, pero poco después de irse (y antes de que nosotros termináramos) ella se fue y vimos cómo un chico se dispuso a perseguirla. Literalmente. Fue tan descarado que nosotros mismos fuimos detrás de ella a decirle que viniera con nosotros y la acompañamos hasta su destino mientras el tío nos seguía!!!! Es que no pude quitarme la imagen de la cabeza hasta hoy. Con todo el derecho del mundo y sin vergüenza ninguna el tío nos persiguió incluso dentro de edificios, a una distancia prudencial, pero sabíamos que estaba allí por la chica. ¡Fue espantoso! El chico la quiso incluso tocar antes de que llegáramos hasta ella y todo por un pintalabios o un escote.
    La cosa es que, al final, te deja la sensación de que no debías haberte pintado los labios o puesto escote y ¡me jode viva! ¿Por qué no podemos vestirnos como queramos, ponernos lo que queramos o ir solas por la calle sin temor a que a un tío le dé por perseguirnos?
    En fin, me alegra mucho que hayas dado voz a todas las que pensamos que esta es una injusticia que debe dejar de existir. Gracias.

    Responder
    • Hola Tania!
      Qué placer tenerte por aquí! Para ser sincera no conocía vuestro blog y le he estado echando un ojo y tiene muy buena pinta! Felicidades por ese pedazo de trabajo y a seguir dándole caña!
      Qué mierda la historia que me cuentas. Lo peor es que no son casos aislados. El día que escribí este post estuve leyendo también una historia de Sin Mapa sobre las recurrentes violaciones que pasan en Boca del Toro. Historias así pasan todos los días y se repiten sin cesar y lo peor, es que una y otra vez se nos echa la culpa a nosotras por llevar los labios pintados, por llevar escote, por llevar minifalda, por viajar solas o por andar de noche por la calle. Es inadmisible además de vergonzoso y lamentable. Es por eso que yo no puedo evitar escribir sobre este tipo de historias, porque creo que para cambiar estas dinámicas lo que más falta es educación, concenciarnos a nosotras mismas de que no somos las culpables y hacer ver al mundo que no vamos a admitir que se siga culpando a la víctima y justificando al culpable.
      Yo te diría que escribas sobre ello siempre. Quizás los blogs de viajes no sean el lugar ideal, pero qué menos que aportar un poco desde nuestro espacio online, para mí es lo mínimo que puedo hacer, dar voz a estas situaciones y denunciarlas desde aquí para crear consciencia. Bravo por haber acompañado a esa chica y haberle ahorrado una muy desagradable situación. Ya vale de tener que escondernos, taparnos, de no poder vivir con libertad, de volver a casa con miedo, de acelerar el paso cuando sentimos que alguien camina detrás. Ya vale de normalizarlo. Hagamos todo lo que esté en nuestra mano, desde ayudar a la chica como hicisteis hasta denunciar estas situaciones. Yo espero que algún día este discurso con el que nos encontramos antes estos casos se termine erradicando.
      Y bueno, ya dejo de escribir que este tema hace que me hierva la sangre y las palabras salgan como en una fuente. Muchas gracias por pasar y compartir la historia que vivisteis y gracias también por compartir. Cada granito de arena suma siempre.
      Un abrazo grande y espero que sigamos en contacto!

      Responder

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