De Asunción a Resistencia a dedo | Almorzando en la comisaría

Una de las mejores decisiones que he tomado en este viaje, es sin duda, moverme en autostop (dedo). Y el tramo de Asunción a Resistencia a dedo no fue una excepción. Por ahora, exceptuando ese momento en el que el primer camionero quiso «darme un masaje» altruistamente porque estaba tensa, todo ha ido mejor que bien.  Incluso con ese camionero, exceptuando ese detalle, todo fue de maravilla.

Por otro lado, apenas he tenido que esperar, creo que por ahora 15 minutos es mi tiempo máximo de espera. He podido conocer a gente bastante linda en el camino, gente de todo tipo que me han hecho conocer el paisaje con otros ojos distintos y sobre todo, con información más profunda y más local acerca de los lugares por los que me muevo y de lo que voy viendo.

De Asunción a Resistencia haciendo autostop


Las últimas experiencias fueron en el tramo que hice desde Asunción hasta Resistencia, casi 350km cruzando la frontera. Para salir de Asunción, primero me tomé un bus a Clorinda, el primer pueblo argentino tras la linea imaginaria que separa Paraguay de la Argentina querida. En el bus traté de dormir un rato. La despedida de la noche anterior se había alargado hasta las 4 de la mañana y a las 6, yo ya estaba en pie de nuevo camino a la terminal.

No pude dormir mucho, pues para descansar me es fundamental la postura horizontal. Aún así, sirvió de algo. Me desperté cuando estábamos en la cola de la frontera. Un puente rojo y un río pequeño, muchos coches uno detrás del otro. Pasado el puente los pasajeros nos bajamos, primero había que sellar la salida de Paraguay para inmediatamente ponerse a la cola para recibir el sello argentino. Tras eso tocaba revisión de maletas. Un escáner y a correr, todos para arriba otra vez.

frontera-dedo

Pocos quilómetros más adelante el chofer me dejó en el cruce que previamente le había indicado. La verdad parecía estar en medio de la nada. Me acerqué a una gasolinera en busca de cartón, para hacer el cartelito mágico que me llevase hasta Resistencia. Ahí llamé la atención y me fui no solo con cartón, sino también con una tarjeta en la que estaba apuntado un nombre y un número de teléfono.

-«Si vas a Salta, dile que vas de parte del del hielo, él sabrá quién soy. Tiene una casita donde aloja extranjeros, así que si no tienes donde llegar, no te preocupes, él te recibirá.»

Esperando en el semáforo:


Ya con mi cartel y la tarjeta en el bolsillo, me fui al semáforo. Aproveché que estaba en rojo para cruzar y ponerme en la esquina a ondear el pulgar. El semáforo se puso en verde y los coches emprendieron la marcha, parecía que ninguno iba a parar, pero finalmente una camioneta blanca me hizo la seña y yo corrí con las cosas para alcanzarlos un poco más alante. Eran dos hermanos. Atrás iba la mamá, ya mayor y la sobrina. Nada más entrar al carro la conversación se llenó de las frases acostumbradas. Qué si viajas sola, que qué haces viajando sola, qué como te atreves a hacer dedo sola…

Para el hermano que conducía yo era una loca, para el otro, una corajuda. La conversación se llenó de historias de violaciones a chicas que andan sola. Me contaro incluso el caso de una argentina que, cerca de allí, había hecho dedo al salir del trabajo. Al parecer no tuve suerte y el tipo acabó llevándola a un descampado. Viendo que ya mucho no podía hacer, se dejó hacer e incluso le mintió diciendo que habia disfrutado mucho y pidiéndole el número de teléfono para poder repetir. Dos semanas más tarde, el tipo, al ver que no había denuncia, la llamó para repetir. Ella lo invitó a su casa. Puso algún tipo de somnifero en el café y cuando el brebaje hizo su efecto, ella lo abrió, lo castró y lo volvío a coser, para llamar a la policia al final del proceso.

Con esa conversación iban avanzando los quilómetros. Cuando los hermanos se cansaron de mí, me dejaron hablando con la mamá, la cual me contó que ella era de la iglesia votiva. Que gracias a eso ella había podido superar la muerte de su marido y uno de sus 12 hijos en un accidente. Me contó todo. Cómo habían muerto, lo mal que ella lo había pasado entonces. Las pocas ganas de vivir que le quedaron y cómo sus hijos y sus amigas la habían echado para adelante. Me narró incluso cómo una vez se perdió cuando fue a leerle la biblia a una vecina, terminando quilómetros lejos de su casa en la caída de la noche. Me dijo que hay que creer, que dios te salva y cuando ya me creyó evangelizada, siguió contando acerca de la muerte y de lo mal que lo había pasado.

De mientras, yo trataba de mirar el hermoso paisaje. Los bastos campos llenos de palmeras. En mi boca, dos pequeñas hojas de coca que me hicieron probar, junto con un poco de bicarbonato. La nieta me decía que estaba «rerico«, sobre todo con «sal». Uno de los hermanos me hablaba a cachete lleno.

Comiendo en la comisaría


Finalmente me dejaron en Formosa, un pueblo de la provincia que lleva el mismo nombre. Aún me quedaban 280km hasta llegar a Resistencia, dentro de la provincia del Chaco y mi vejiga no aguantaba más. La curiosa familia me había dejado a la entrada del pueblo. Había policías de tránsito y tras ellos una subcomisaría. Me dirigí para allá con la esperanza de que me dejaran entrar al baño, pero la suerte fue mayor. No solo pude pasar al baño, sino que nuevamente se quedaron fascinados con mi presencia y hasta me invitaron a almorzar. Pasta con albondigas que había preparado la mamá de uno de los oficiales. Así que ahí comí en la oficina.

comisaria-dedo

Las marionetas, Andreita y Emanuelote también pudieron descansar. Cuando estaba a punto de terminar el sabroso almuerzo, llegó el jefe y, aunque al principio me miró raro, no parecí molestarle. Es más, al final, acabó posando con gusto para la foto y, como había salido algo oscura, rato después, cuando yo ya estaba en la esquina parada haciendo dedo, los oficiales vinieron por mí para que me pudiera sacar una buena foto con el jefe de recuerdo… Creo que ahora los polis me caen un poquito mejor, al menos un poquito.

jefe-policia-dedo

No se cuánto tiempo esperé, no demasiado. Paró un camionero que iba hasta Resistencia algo apurado de tiempo, pues al ser Semana Santa tenían restricción. Solo podían caminar hasta las 6 de la tarde, luego debían parar. Las casi cuatro horas fueron amenas. Me contó de su vida, de su primer amor, al que conoció entrando a comprar a una tienda un pañuelo (entró solo para poder ligar). Me contó de su actual esposa y de sus hijos. Me contó historias de camioneros, me habló de la coca y los coqueros. Huvo temas para todos los gustos y pese a ir a 79 por hora, el camino fue ameno.

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Andre400
¡HOLA! SOY ANDREA BERGARECHE

Desde hace más de 5 años vivo viajando y ayudando a mujeres como tú y como yo a ser más libres, fuertes e independientes.

20 comentarios en «De Asunción a Resistencia a dedo | Almorzando en la comisaría»

  1. Escribis muy bien estimada.. Yo no se por que las mujeres sienten miedo. La verdad que la tecnica de la indiferencia que tienen es muy valiosa y ademas tiene la.ley a su favor. Los.hombres no le pueden tocar ni se.atreven. un pelo si ella.no.quiere

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    • Gracias Juan Pablo.
      Al final las mujeres sienten miedo porque a pesar de que la ley esté a su «favor» hay hombres que en ocasiones no respetan la ley y mucho menos la técnica de la indiferencia, llegando al abuso o incluso a la violación. Por eso tienen miedo, porque a veces, por cuestión de masa física, se hace difícil defenderse ante alguien de más tamaño y fuerza física.
      Aún así, no hay que dejar que esos miedos nos frene, porque aunque no lo creamos, somos fuertes.
      Gracias por comentar! Un abrazo Juan Pablo

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  2. Andrea, te felicito ! I loved this article, i can recognize myself in it, estoy viajando a dedo en south america tambien, wish you all the best for the rest of your travels ! xxx

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  3. Hola Andrea
    Veo que persigues bien tu sueño…de vivir tranquilamente tu momento …y de vivir libremente …sabes que te deseamos lo mejor…y que tu bienestar es nuestra única preocupación … A la vez una sana envidia …..antes de entablar las ataduras que una familia o tantas cosas que nos atrapan…aunque nunca es tarde para desatraparse….
    http://www.fleuraustrale.fr. Aquí verás una familia en viaje desde el 2009 navegando y surfeando la vida..con todo a cuestas…tu tu mochila que ya ….pesa…el en su barco con su familia…
    Todo pesa…..por eso las aves llevan plumas….

    Un abrazo muy grande de los 5 ….

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  4. Me alegra mucho que a traves de tus palabras me puedas llevar en un viaje mental a cada rincon que pisaste. Te felicito… yo empezare, si dios quiere, en diciembre despues de navidad para emprender viaje por america.
    Uns cosa que me llamo la atencion, eres tatuadora….. llevas la maquina contigo?? como hiciste? ajjaja
    Saludos y espero una pronta respuesta!
    Exitos!

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    • Hola Ova, que bueno que en diciembre ta vayas a animar a dar el paso, seguro te va super bien, lo importante es echarle ganas. Y en cuanto a lo de la maquina, sí, yo tatuo y viajo con la maquina en la mochila y el resto del material. Pesa un poco, pero está bueno para poder ir tatuando allí a donde voy.
      Saludos!

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  5. Me encanta ver gente segura de sí haciendo lo que le gusta sin miedos ni tapujos. Intentaré seguir tus movimientos. Y deseo que Dios, Alá, Buda, la pacha mama y el chapulín colorado te protejan y te brinden luz para guiarte en el camino. Abrazo de mochilero!

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  6. Es fantástico ver a una pequeña mujer de físico demostrar ser una gran mujer segura de si misma. Me encantó tu historia e intentaré mantenerme informado de tu posición. Te deseo la mejor de las suertes y que Dios, la pacha mama, Alá y el chapulín colorado te cuiden y protejan. Cuídate mucho reina!. Abrazo mochilero!

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  7. Poco más puedo añadir a lo que ha dicho Marina ! me tienes fascinada por muchos y diferentes motivos !
    muchos besos y que siga bien el viaje !

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  8. Me encantó este relato! Me encanta este blog! Me encanta que te animes a viajar a dedo en zonas que para los que somos de Argentina, tienen mala fama, y me encanta que nos muestres a todos lo equivocados que están los que tienen prejuicios.
    Saludos y felicitaciones!

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    • Hola Gonzavignoni, muchas gracias por tus palabras. Que bueno que te gustó el relato, la verdad que fue una jornada interesante. Muchos me dicen que estoy loca por viajar a dedo, pero la verdad que, gracias a eso, estoy viviendo experiencias super enriquecedoras que si viajara de otra forma, me estaría perdiendo. Hay que animarse, pero una vez que empiezas, no se puede parar, no hay mejor forma de viajar.
      Saludos!

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  9. Andre, me encanta, me encanta leerte y teletransportarme por momentos a tus aventuras. Admiro mucho lo que estás haciendo y me siento muy feliz por tí cada vez que leo tus publicaciones!!!Eres grande, pequeña!!!!Mucho ánimo, sigue así y no dejes de escribir linda!!!!!!

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